miércoles, 25 de diciembre de 2013

Amores que se pueden prolongar toda la vida.

Llegar a casa y no encontrarte durmiendo en la cama es lo más duro que puede pasarme.
Eso y que no me acompañases esta noche.
Y lo besos.
¿Quién se puede olvidar de los besos?

Maldigo a quien se llevó los "te amo"
pero me conformo con que estés. (Mentira).

Sigo dejando espacio en mi colchón por si decides aparecer
con la sonrisa guiada por el hueco entre los dientes.

Te espero, con Suzanne de fondo.

Así, día tras día
sin nada más que pedirle a la vida.





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