miércoles, 18 de julio de 2012

Cantares

Hoy me dio por volver al pasado, y recordar muchas de las canciones que estuvieron, están y estarán.

1. Chico Buarque - Construçao. Tuve la suerte de descubrir este disco entre los discos de mis padres y me fascinó desde el principio. Sobre todo porque la letra del tema principal ocupaba toda la contraportada del disco y pude leer lo que hoy en día considero una de las letras más bellas del mundo.

2. Tim Buckley - Martha. Una preciosa versión de Tom Waits con letraza sobre una conversación por teléfono con un amor del pasado. Una historia sin terminar y la visión romántica del pasado, de lo que finalmente nunca ocurrió y de lo que pudo ocurrir.

3. Serge Gainsbourg - Couleur Café. Serge es el colmo de la libertad artística. Me interesa mucho su concepto de la música y su incursión en otros estilos de cualquier lugar del mundo. De este tema me encanta el contraste entre las percusiones y los coros más tribales con esa letra sofisticada y rara sobre Nueva York. Me encanta ese mundo que crea a partir de la descontextualización.


4. Dolly Parton - Jolene. Tiene un ritmo que engancha a la primera pero la letra... la letra es tremenda. Una mujer le suplica a Jolene que no le quite al marido, que ella puede tenerlo todo pero que ella solo tiene a su hombre. Me parece tan triste como estremecedor. Me conmueve.


5. Gotye - Somebody I used to know. Tuve un flechazo con esta canción escuchándola casualmente por la radio hace poco y eso es algo que hacía mucho que no sentía. Además hay algo en el tema que me recuerda un poco a canciones que me gustan mucho como 'The model' de Kraftwerk y 'A girl like you' de Edwyn Collins


6. Joan Manuel Serrat - Cantares. Una de las primeras canciones que recuerdo haber escuchado de Serrat cuando era niña. Al margen de la hermosa letra del poeta (Antonio Machado), las melodía de este tema y los arreglos tienen un mérito tremendo.


7. Rubén Blades - Patria. Siempre he tenido conflicto con la idea de la patria. Algo parecido a lo que me ha pasado toda la vida con la idea de Dios... El caso es que cuando escuché esta canción no pude evitar sentirme muy identificada con su letra. Rubén Blades es un letrista excelente y muy particular que ha transformado en ese sentido el mundo de la salsa hace ya unas cuantas décadas.

8. The Go! Team - Ladyflash. Es un tema muy bailable, me encanta, porque mezcla un montón de cosas que me interesan como es el Northern Soul o el Hip-hop de la old school de una forma muy fresca y poco convencional.

9. Dire Straits - Romeo & Juliet. Se basa en la historia del gran Shakespeare. Esta cancíon la pude escuchar mil y una vez de pequeña, ya que es el grupo preferido de mi padre, y siempre que la escuchaba me apasionaba. Me recuerda a mi infancia, llena de risas y juegos. "Te quiero como a las estrellas del firmamente. Te querré hasta la muerte. Hay un lugar para nosotros". 


10. The Beatles - Strawberry Fields ForeverSiempre me ha puesto los vellos de punta este estribillo. El campo de fresas de The Beatles, a mi parecer, es una de las canciones más PERFECTAS que he llegado a escuchar. "Déjame llevarte allá"....



domingo, 15 de julio de 2012

Las cuatro estaciones

Cuenta la mitología griega que un día Perséfone estaba tranquilamente recogiendo flores en compañía de sus amigas las ninfas y de sus hermanas de padre cuando, de pronto, justo en el instante que iba a recoger un lirio, la tierra se abrió con una enorme grieta de la que emergió Hades, hermanos de su padre Zeus y dios del Inframundo, llevándosela con ella.
Su madre Deméter comenzó a vagar tristemente en busca de su hija, y al ser la diosa de la cosecha, la tierra se volvió estéril por la pena.
Zeus, con el corazón ablandado por la pena de su mujer, optó por pedirle a Hades que le devolviera a su hija. Sin embargo Hades, listo como pocos, le había dado de comer a Perséfone un grano de granada, y todo aquel que probara bocado de cualquier cosa en el Infierno, quedaba para siempre obligado a permanecer allí. 
Él no podía ver a su mujer penar de esa manera, dejando estéril todo lo que estuviera a su paso. Así, acordó con Hades que Perséfone pasara parte del año con él en el Infierno, y parte en la tierra, con su madre.
Hades aceptó, y desde entonces, Perséfone pasa parte del año en el Infierno y parte en la tierra. 
Este es el origen de las estaciones. El tiempo que Perséfone pasa en la tierra, Démeter es feliz, por lo que es tiempo de alegría para las flores, que renacen y se abren con esplendor y vivos colores. En cambio, cuando Perséfone pasa su parte del año correspondiente en el Infierno, las flores se entristecen y se cubren con la nieve y el frío del invierno...

jueves, 12 de julio de 2012

El asno sesudo

¿Se podría encontrar quien no temblase
entre los poderosos
de insultos militares horrorosos
de la guerra enemiga?
No hay sino la pobreza que consiga
esta gran exención: de aquí le viene.



NADA TEME PERDER QUIEN NADA TIENE.

martes, 3 de julio de 2012

Dedicado

Afuera llovía muchísimo, Martina tenía miedo, había llegado la noche...
Cuando salía la luna, Martina sabía que la mandarían a la cama.
Luego sus padres se irían a su habitación y se dormirían, incluso la televisión se callaría y empezaría a roncar.
Nadie, menos ella, escuchaba al "monstruo"...
Martina estaba convencida de que por debajo de su habitación había una civilización de monstruos que vivían cabeza abajo. Todo el mundo, pensaba Martina, tenía un reflejo al revés.
También todas las cosas del mundo tenían su reflejo monstruoso. A veces Martina tenía pesadillas en las que todos los monstruos saltaban a la vez. Entonces hundían nuestro suelo y nos daban un susto muy grande, ¡enorme!
Aquella noche Martina no podía dormir. Temía que si dejaba caer el brazo de la cama, el monstruo haría un agujero, lo agarraría con fuerza y quizás se la llevaría a su mundo, donde tendría que aprender a vivir cabeza abajo. Y quizás Martina tendría que luchar al lado de los monstruos contra las personas, saltando sin parar junto a ellos.
Tenía tanto miedo que se quedó muy quieta en la cama. Intentó que ninguna parte de su cuerpo, sobre todo sus pies o sus brazos, quedaran fuera de la sábana y llamó a su padre.
       -¿Cómo serán los monstruos de grandes? Yo, en comparación a una hormiga, soy una gigante, pero ¿y si el monstruo fuera tan grande como tú? ¿Qué podría hacer yo?
       -Llamarme - le dijo su padre-. Escúchame. Yo mataré monstruos por ti.
       -¿Cómo?
       -Dándote una idea para que no tengas miedo, Martina. El tamaño de los monstruos dependerá del miedo que les tengas. Si te sientes valiente verás el monstruo pequeño y cobarde.
Y aquella noche, sin que se diera cuenta, Martina dio un largo bostezo y le llegó el sueño.
Entonces Martina soñó con una niña monstrua. Estaba recubierta de pelo rosa, y era bastante rechoncha. La niña monstrua se llamaba Anitram.
Afuera, en el mundo de los monstruos, también llovía, y lo hacía a cántaros. Anitram tenía miedo, había llegado la noche. Cuando salía la luna, Anitram sabía que la mandarían a la cama.
Luego sus padres monstruos se irían a su habitación y dormirían con aquellos ronquidos de monstruo, incluso la televisión monstruosa de pelo rosado se callaría y empezaría a roncar.
Nadie, menos ella, escuchaba a la "humana"...
Anitram estaba convencida de que en la otra cara del suelo había una civilización de humanos. Caminaban cabeza abajo.
Todo lo que ella conocía tenía su reflejo al revés. Las calles rosas del mundo monstruo, las casas peludas y los árboles azules...Había tantos humanos como monstruos, así que, en caso de pelea, la batalla sería muy igualada, aunque los monstruos tuvieran las pistolas de fresa y los lápices gigantes para defenderse.
Anitram también tenía un reflejo al revés. Por debajo de su cama imaginaba a una niña humana. Tenía su misma edad. Seguramente aquella niña había nacido el mismo día y año que Anitram.
La había escuchado saltar encima de su cama. Esa humana era muy ruidosa. ¿Y si todos los humanos decidieran saltar a la vez?, se preguntaba Anitram. ¡Quizás hundirían el suelo! Desde luego, si eso sucediera, les darían un susto muy grande, ¡enorme!
Aquella noche Anitram no pudo dormir. Estaba convencida de que la niña haría un agujero, la agarraría con fuerza y se la llevaría al mundo de los humanos. Allí tendría que aprender a vivir cabeza abajo. Quizás Anitram tendría que luchar al lado de los humanos contra los monstruos.
Anitram tuvo tanto miedo que se quedó muy quieta en su cama peluda, intentando que ninguna parte de su cuerpo, sobre todo sus pies o sus brazos rozados, quedaran colgando fuera de la sábana.
Como no podía dormir, Anitram llamó a su padre monstruo y le explicó por primera vez sus miedos.
        -Escucho a esa niña ruidosa pero no sé cómo es. ¿Y si fuera increíblemente grande, como tú? ¿Qué podría hacer?
        -Llamarme -le contestó su padre -. Escucha. Yo mataré miedos por ti. ¿Sabes? El miedo es elástico, como un chicle. Se hace pequeño, hasta desaparecer.
Anitram notó que había crecido por dentro.
Y, sin que se diera cuenta, se durmió y su brazo salió de la sábana y quedó colgando del aire.
Lo mismo le pasó a Martina, y a la misma hora de la noche su brazo salió de la sábana y cayó hacia el suelo. Entonces se hizo un enorme agujero. Nadie sabe cómo ocurrió, son ese tipo de cosas mágicas que suceden por la noche, cuando soñamos. Y por aquel agujero, la punta de los dedos de Martina pudo asomarse al otro mundo, el que tanto temía, ni más ni menos que el mundo de los Monstruos..
A la pequeña monstrua le sucedió lo mismo. Ambas manos se tocaron. Anitram notó aquel tacto de piel humana, y Martina notó que su mano se llenaba de un agradable pelaje.
Y las dos se dieron cuenta de que habían tenido miedo la una de la otra porque aún no se conocían. Y a partir de entonces, las dos dejaban caer su brazo, cada noche.