martes, 26 de febrero de 2013

lunes, 25 de febrero de 2013

Tal vez, lo que me hace grande, es tenerte delante otra vez...

La sudadera que huele a ti me está jodiendo el día.
Lo malo no es eso, es que me gusta que huela así.
Me la pongo lo mínimo para que no se vaya ese olor
y en ese ratito que la llevo no dejo de esnifarla,
porque es como la cocaína,
te transporta a otro mundo,
pero eso sí, a tu lado.




A ti te quedaba mejor...


jueves, 21 de febrero de 2013

De cine

¿Cuánto tiempo vas a tardar en enamorarte de mi? 
¿Cuánto necesitas para estar segura de que nadie te va a querer como yo?

lunes, 18 de febrero de 2013

Parole

Tengo palabras guardadas que esperan ser expulsadas.
No lo hacen, por lo tanto se están enconando.
Cualquier día esas palabras ocuparán todo el espacio que les corresponde dentro de mi
y explotarán, y serán escupidas, y harán daño.
Mientras siguen aquí, guardadas.
Siguen así esperando que algo las destruya, las disuelva.
Nunca antes una palabra tan bonita hizo tanto daño....
Quema. Quema mucho. Me quema por dentro.
Menos mal que llueve
así, al final, solo quedará el rescoldo, las ascuas.
Hoy me voy a la cama
quizás mañana a esa palabra le falte alguna letra.

domingo, 17 de febrero de 2013

La poesía que ha escrito mi gordo es para morirse de risa


When i look into your eyes
i see blue spring skies
when i see you walking past
my heart starts to beat fast
you are like sunshine in the darkness
the medicine that soothes the pain.

I love the way you kiss me
and the redolence that you wear
you name is like grass
your lips taste like orange juice
you make me smile you make me vibrate
please say you´ll be mine.

Everywhere i turn you´re there
at the home in tne school on the beach
i hear your voice calling me
saying "you look enlightens me"
if i could meke one dream come true
it would be to be happy with you
word are not enough
to tell you how i feel
but i love you since i saw you
and make fantasy turn real.

(Que se quite Shakespeare, que llega Antonio González!)

jueves, 14 de febrero de 2013

Rescatando recuerdos. Es para quererla SIEMPRE.


Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te desea la Kaaa, cumpleaños feliz! Otro añito más Xu! Si es que no puede ser, te me haces toda una mujercita eh? Parece que fue ayer cuando ibamos al instituto y tu portabas ese chaquetón amarillo y esas gafas redonditas tan características xD
Sabes que no hay nadie en el mundo que me importe más que tu, y por eso, espero que todos los días de estos 365 que te quedan hasta los 23, sean tan especiales como lo son aquellos en los que cuento con tu presencia. Ya sea en un bar tomando cervezas, en una feria bailando el pollo o en el sofá de tu casa viendo películas imposibles; siempre haces que ese momento sea especial; simplemente porque estás tú.
Te quiero, con rastas, con el flekillo pelao a bocaos, de rubia pollo o la cabeza rapada. Sea como sea; esa eres tú. Mi compañera incondicional de este viaje que emprendimos juntas hace muchos años y que, a pesar de no saber a dónde nos lleva, seguimos juntas; de la mano.
Se dice que la adolescencia es el periodo que marca la vida de cualquier persona. Es el momento en el que vamos forjando nuestra personalidad, tomamos conciencia de lo que queremos y decidimos ser. Hace mucho que la adolescencia pasó a ser una época lejana para nosotros, pero fue entonces cuando decidí ser la persona que soy ahora. Una persona normal, como cualquier otra, con mis defectos, mis virtudes y mis amigos.
Siempre he pensado que somos como somos gracias a los que nos rodean. Aceptamos la realidad de la mano de quien nos acompaña en el trayecto de nuestras vidas, afrontamos retos y dificultades porque tenemos el apoyo de los demás, y reímos hasta llorar porque siempre hay alguien que te hace ver la vida con una sonrisa. Esa eres tú. Mi compañera desde la adolescencia, desde ese momento de elección, donde yo elegí tu compañía y tu aceptaste la mía.
Han pasado muchos años desde entonces, y todos hemos cambiado. Hemos ido creciendo, evolucionando y, en definitiva, madurando. Eso que tanto miedo nos daba hace apenas ocho años, ha ido pasando; el tiempo. Siempre temimos crecer, madurar demasiado, y que el tiempo se escurriera entre nuestras manos. Aún siento terror al pensar que dentro de unos años estaremos trabajando en Dios sabe qué, con responsabilidades que ahora son secundarias y sin tiempo para dedicar a lo que realmente me hace seguir adelante: los amigos.
Pero ese temor se hace cada día más débil, porque sé que, pase el tiempo que pase, siempre estarás a mi lado. En eternas charlas, en quedadas para tomar cafés, cervezas, tintos, vodkas o tequilas; en mi coche camino hacia ninguna parte, en tu habitación, en las innumerables botellonas o en el fin del mundo. No importa el sitio o el momento si estás tu; porque ya te he repetido miles de veces que eres especial, y me haces especial, simplemente porque haces que el mundo parezca menos malo.
Hoy, 26 de septiembre, hace 22 años que llegaste al mundo en una fecha tan significativa para mí. Sabes que tal día como hoy, mi madre cumpliría años, aunque ya sólo se celebran sus aniversarios. Creo que siempre he tenido la certeza de que fue ella la que te puso en mi camino, aunque no creo mucho en esas cosas. Sea como sea, gracias. A ti, a ella, o a quien quiera que fuera el que te puso en mi camino.
Gracias por acompañarme en los mejores momentos de mi vida, y también en algunos de los peores. Gracias por entender ciertas cosas que no cualquiera entendería. Gracias por apoyarme en todo lo que hago, menos en la Erasmus (xd). Gracias por estar siempre ahí, dispuesta a reír y a hacerme reír. Gracias por nuestros momentos, confidencias y llantos. Gracias por dedicarme una sonrisa cada vez que me ves. Gracias por darme esa confianza y por confiar en mí. Gracias por quererme como me quieres, a pesar de ser como soy. Gracias por estos años a mi lado. Y gracias por permanecer junto a mí todos esos años que nos quedan. Gracias. Te quiero. Xika.

domingo, 10 de febrero de 2013

Solo yo controlo, solo yo determino.


Abuso de conciencia

Esta casa en la que vivo se asemeja en todo a la tuya: la disposición de las habitaciones, el olor del vestíbulo, muebles, la luz oblicua por la mañana, atenuada al mediodía, solapada por la tarde; todo es igual, incluso los senderos y los árboles del jardín, y esta vieja puerta semiderruida y los adoquines del patio. 
También las horas y los minutos del tiempo que pasa son semejantes a las horas y a los minutos de mi vida. En el momento en que giran a mi alrededor, me digo: "Parecen de veras. ¿Cómo se asemejan a las verdaderas horas que vivo en este momento?".
Por mi parte, si bien he suprimido en mi casa cualquier superficie de reflexión, cuando a pesar de todo el vidrio inevitable de una ventana se empeña en devolverme mi reflejo, veo en él a alguien que se me parece. Sí, que se me parece mucho, lo reconozco.
¡Pero no se vaya a pretender que soy yo! ¡Vamos! Todo es falso aquí. Cuando me hayan devuelto tu casa y tu vida, entonces encontraré mi verdadero rostro.

Jean Tardieu.

sábado, 9 de febrero de 2013

Me gusta hacerme daño

Sabía que era difícil,
que la distancia no ayudaría,
que tienes siete años más que yo,
que tienes otros proyectos,
que tienes otras ambiciones,
que eras mucho más maduro,
que tus relaciones pasadas seguían presentes,
que detestabas el tabaco,
que no te agradaba que desfasase,
que a veces no me entendías,
que lo que menos querías eran más preocupaciones,
que no te gustaba mi flequillo,
que no era el momento,
y aún así, me enamoré.
¿Y qué hago yo ahora con este corazón
que no entiende de prioridades?


"Te confieso que no atino a encontrar la calma. Nada ansío más y es lo que menos tengo"

viernes, 8 de febrero de 2013

Recuerdos

...el olor a café que abarcaba toda la casa y llevárselo al abuelo a la cama, con un poquito de leche condensada en una tacita blanca y abrazarlo muy fuerte mientras se lo bebía.
...el trayecto de casa a la guardería con él de la mano.
...la cuna de mimbre que me regaló la vecina y las horas que pasé jugando con ella a ser mamá.
...los baños con la manguera en el patio.
...el pollito rosa que me regalaste y que luego, cuando murió, procuraras hacerme sonreír diciéndome que estaba en el cielo de los pollitos rosas.
...el día que murió mi tío y no pude ir de excursión con el colegio y me dijiste que se había cancelado porque el rey estaba de visita en Sevilla y no se podía ir.
...los paseos en el carrito, visitando a todas tus amigas del poblado, las cuales solo me pellizcaban los cachetes y me decían que era preciosa.
...el miedo que le tenía a los conejos del cobertizo, y lo que lloré cuando morían.
...las comidas familiares donde te sentías querida, rodeada de todos.
...las horas que nos llevábamos las dos en el ambulatorio porque siempre estaba resfriada.
...lo que llorabas escondida en la habitación cuando echabas de menos a tus hijos. Yo te escuchaba, te buscaba y te abrazaba con todas mis fuerzas.
...las tardes que pasábamos pintándonos y haciéndonos fotos con todos los trajes de fiesta que había en los armarios.
...lo preciosa que ibas vestida de mantilla.
...cuando te enfadabas conmigo y me amenazabas con llamar a mi madre para que me llevase con ella.
...cómo lucías tus vestidos nuevos, que aún siguen en tu cuarto, ese que aún huele a ti.
...el día de mi comunión, en el que el abuelo estaba en la cama recién operado y no pudo ir, y tu no querías quedarte en el convite por querer estar a su lado.
...los tacones que me pusiste escondidos para que pudiese entrar en el hospital cuando nació mi hermano.
...las risas, los llantos.
...cuando te mudaste de piso y tuvimos que subir al abuelo en la cama.
...la manera que tenías de consolarme porque, sin decirte nada, sabías que algo iba mal y me hacías sentir especial siempre.
...las últimas palabras que me dijiste como si hubiesen sido dichas hace dos horas, cogiéndome de la mano muy fuerte y llorando. Sabías que era yo. Aún te acordabas de mí. 
Eras única. Eras mi madre.
Entro en casa y todo me recuerda a ti. Voy corriendo a la habitación con la esperanza de encontrarte durmiendo en la cama, pero no estás. Veo tu cama, tu silla de ruedas, tu butaca, tu ropa, tus zapatos, tus fotos...Y TE HUELO. Me tiendo en la cama acurrucada como si estuvieses a mi lado y me entra frío, pero me siento protegida. 
Te echo de menos, princesa. Pero sé que estás conmigo, por eso todas las noches seguimos conversando y rezando los cuatro angelitos antes de dormir.

miércoles, 6 de febrero de 2013

No quiero despertar por las mañanas para no dejar de soñarte

¿Sabes? Aún no te has ido.
Es cierto.
Sigues ocupando tu espacio en mi cama. Me despiertas con besos por las mañanas. Enredas tus pies con los míos debajo de las sábanas. Acaricias mi pelo. Me buscas para hacerme cosquillas. Me besas en mi lunar de la nariz. Recorres mi pecho con tus dedos. Apoyas tu brazo en mi cintura para dormir abrazados y me agarras con fuerza, para que no me aparte de tu lado.
Pero ahora eres frío. Invisible. Insípido.
Solo te llevaste tu parte física.
Por eso creen que hablo sola.

domingo, 3 de febrero de 2013

Novontia

En este estado, las cosas se ven mucho mejor:
-Te echo de menos.
-Te amo.
-Te extraño.
Así, por ese orden.

viernes, 1 de febrero de 2013

Las tarjetas, las películas y el pop, solo potencian mentiras y corazones rotos.

-La amo. Me encanta su sonrisa, su pelo, sus rodillas. Me encanta el lunar con forma de corazón que tiene en la piel. La forma en la que a veces se moja los labios antes de hablar. Y el sonido de su risa. Me encanta mirarla cuando está dormida. Me encanta escuchar esa canción cada vez que pienso en ella y cómo consigue que me sienta. 

Algunos días después...

-La odio. Odio sus dientes torcidos, odio su corte de pelo de los 60, odio sus rodillas huesudas, odio su mancha con... forma de cucaracha en la piel. La forma en la que se chupa los labios antes de hablar. Y odio el sonido de su risa. ¡Odio esa canción!.


(500 días juntos).