jueves, 24 de abril de 2014

Poesía

Lo suficientemente ingenuo como para ponerme a buscar la Verdad, en el pasado me interesé -inútilmente- por bastantes disciplinas. Comenzaba a afianzarme en el escepticismo cuando tuve la idea de consultar, como último recurso, la Poesía; ¿quién sabe?, me dije, quizá me sea útil, quizás esconda bajo su arbitrariedad alguna revelación definitiva. 
Recurso ilusorio: ella me hizo perder hasta mis incertidumbres... 

E. M Cioran

miércoles, 9 de abril de 2014

El amor en pocas palabras

El amor a la humanidad nacido del sufrimiento se parece a la sabiduría que proviene de la desgracia. En ambos casos, las raíces están podridas y el manantial contaminado. Solo un amor espontáneo por los seres humanos que proceda de una abnegación sincera y de un impulso irresistible puede fecundar el alma de los demás. El amor que proviene del sufrimiento contiene demasiadas lágrimas y gemidos para que sus destellos no sean bañados por una claridad amarga; demasiada renuncia, demasiados tormentos e inquietudes para significar otra cosa que un inmenso retroceso. Ese amor que lo perdona todo, lo admite todo, lo justifica todo, ¿es aún amor? ¿Cómo amar cuando nos hemos despegado de todo? Esa clase de amor revela el vacío de un alma atrapada entre la nada y el todo, de la misma manera que para quien ha soportado derrotas amorosas el donjuanismo es el único recurso. En cuanto al cristianismo, es evidente que ignora el amor: solo conoce la indulgencia, la cual es más una alusión al amor que el amor mismo.

E.M Cioran


martes, 8 de abril de 2014

Elegía y postal

No es fácil cambiar de casa, 
de costumbres, de amigos, 
de lunes, de balcón. 
Pequeños ritos que nos fueron 
haciendo como somos, nuestra vieja 
taberna, cerveza 
para dos. 
Hay cosas que no arrastra el equipaje: 
el cielo que levanta una persiana, 
el olor a tabaco de un deseo, 
los caminos trillados de nuestro corazón. 
No es fácil deshacer las maletas un día 
en otra lluvia, 
cambiar sin más de luna, 
de niebla, de periódico, de voces, 
de ascensor. 
Y salir a una calle que nunca has presentido, 
con otros gorriones que ya 
no te preguntan, otros gatos 
que no saben tu nombre, otros besos 
que no te ven venir. 
No, no es fácil cambiar ahora de llaves. 

Y mucho menos fácil, 
ya sabes, 
cambiar de amor. 

Angeles Mora