lunes, 29 de abril de 2013

Triste sentimentalismo humano

"Si quieres quedamos como amigos".
Eso dijo, como si en la amistad
cupieran los besos
que quiero darle.



Ernesto Pérez Vallejo

sábado, 20 de abril de 2013

martes, 2 de abril de 2013

Una mitad complementaria


-Yo he de hacer desde luego todavía que te enamores de mí, pero no hay prisa. Primero, somos camaradas, somos personas que esperan llegar a ser amigos, porque nos hemos conocido mutuamente. Ahora queremos los dos aprender el uno del otro y jugar uno con otro. Yo te enseño mi pequeño teatro, te enseño a bailar y a ser un poquito alegre y tonto, y tú me enseñas tus ideas y algo de tu ciencia.
-Ah, Armanda, en eso no hay mucho que enseñar; tu sabes muchísimo más que yo. ¡Qué persona tan extraordinaria eres, muchacha! En todo me comprendes y te me adelantas. ¿Soy yo, acaso, algo para ti? ¿No te resulto aburrido?
Ella miraba al suelo con la vista nublada.
-Así no me gusta oírte. Piensa en la noche en que maltrecho y desesperado, saliendo de tu tormento y de tu soledad, te interpusiste en mi camino y te hiciste mi compañero. ¿Por qué crees tú, pues, que pude entonces conocerte y comprenderte?
-¿Por qué, Armanda? ¡Dímelo!
-Porque yo soy como tú. Porque estoy precisamente tan sola como tú y como tú no puedo amar ni tomar en serio a la vida ni a las personas ni a mi misma. Siempre hay alguna de esas personas que pide a la vida lo más elevado y a quien no puede satisfacer la insulsez y rudeza de ambiente.
-¡Tú, tú! -exclamé hondamente admirado-. Te comprendo, camarada; nadie te comprende como yo. Y, sin embargo, eres para mi un enigma. Tu te las arreglas con la vida jugando, tienes esa maravillosa consideración ante las cosas y los goces minúsculos, eres una artista de la vida. ¿Cómo puedes sufrir con el mundo? ¿Cómo puedes desesperar?
-No desespero, Harry. Pero sufrir por la vida, oh, si; en eso tengo experiencia. Tu te asombras de que yo soy feliz porque sé bailar y me arreglo tan perfectamente en la superficie de la vida. Y yo, amigo mío, me admiro de que tu estés tan desengañado del mundo, hallándote en tu elemento precisamente en las cosas más bellas y profundas, en el espíritu, en el arte, en el pensamiento. Por eso nos hemos atraído mutuamente, por eso somos hermanos. Yo te enseñaré a bailar y a jugar y a sonreír y a no estar contento, sin embargo. Y aprenderé de ti a pensar y a saber y a no estar satisfecha, a pesar de todo. ¿Sabes que los dos somos hijos del diablo?
-Sí, lo somos. El diablo es el espíritu; nosotros sus desgraciados hijos.

El lobo estepario - Hermann Hesse

lunes, 1 de abril de 2013

No sabéis lo que queréis

Los telediarios cada vez esconden más la verdad. El planteamiento de éstos es hablarnos sobre sucesos del extranjero: misiles en Corea, nevadas en Rusia, terremotos en San Francisco, masacre en un instituto de Estados Unidos... ¿Y aquí? ¿qué ocurre en España? Según estos medios de información, lo que ocurre en nuestro país es que lleva un mes lloviendo sin descanso y que los embalses, pantanos y ríos están al 100% o ya se están desbordando, que miles de personas han llorado lágrimas de sangre en Sevilla al suspenderse las procesiones y que Casillas usa guantes de cuatro dedos. Dejamos de lado la crisis, el paro, la corrupción, las manifestaciones y huelgas en contra del Gobierno porque a mi me importa más ver la Semana Santa antes que enterarme que mi hijo va a recibir una educación pésima, me gusta más ver gente disfrutando del sol en las playas de Alicante antes que enterarme que el rey y su queridísimo yerno tienen cuentas bancarias en Suiza. ¿Y os llamáis "periodismo de calidad"? Yo lo llamaría más bien periodismo oculto, de ese que solo cuenta las cosas que "no interesan" para así rellenar el espacio que tenéis en televisión y así no dedicar tiempo a las malas noticias que hay en nuestro país. Y lo llaman libertad de expresión...